EL DESARROLLO MOTOR

El desarrollo motor

  
La función motora es una de las capacidades más importantes que posee el ser humano. En este tema vamos a prestar especial atención a su base fisiológica, a los factores que condicionan su desarrollo desde la más temprana edad y a las leyes que intentan sistematizar su evolución.

Dentro del marco del desarrollo motor, estos conocimientos teóricos ayudarán a los docentes en Educación Infantil a entender la motricidad infantil desde una perspectiva descriptiva, como un primer paso para poder potenciar esta facultad dentro de la especificidad de cada caso.


INTRODUCCIÓN AL DESARROLLO MOTOR

Si nos planteamos una dificultad motora que impida un desarrollo óptimo del bebé, podemos presuponer que esta circunstancia va a dificultar su conocimiento del mundo exterior. Es obvio, que, por ejemplo, si queremos trabajar con un niño la percepción cinestésico-táctil, necesitamos de la realización de ciertos movimientos coordinados por parte de éste para que pueda manipular texturas.


Es por ello, que un adecuado desarrollo de la motricidad en los niños no sólo es un valor en sí mismo, sino que va a condicionar al resto de desarrollos que afectan a su formación. El movimiento del cuerpo abre las puertas a la maduración del sistema nervioso que, a su vez, propicia el progreso de otros procesos como son el desarrollo cognitivo, sensitivo y, a largo plazo, social y emocional.
Existe, pues, una evolución paralela y una influencia recíproca entre el desarrollo psicomotor, el afectivo-social y el cognitivo.

Antes de continuar con el desarrollo de éstos y otros contenidos, es conveniente que hagamos una primera aproximación al concepto de desarrollo motor para definirlo como:
La adquisición de ciertas habilidades que evolucionan en el niño de forma continua durante toda su infancia, gracias a la maduración del sistema nervioso y a las acciones y movimientos que el niño realiza.


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Históricamente, las diversas investigaciones que se han realizado sobre la estimulación y la aceleración del desarrollo motor, afirmaban que la estimulación temprana en los niños no es capaz de provocar un desarrollo precoz de aquellas capacidades motrices estimuladas (Arnold Gesell, 1929).

Sin embargo, investigaciones más recientes vienen a demostrar que, la estimulación temprana de ciertas habilidades motrices fuerza al sistema nervioso central a madurar más rápidamente, por lo que el niño es capaz de adquirir ciertas destrezas antes de lo que su ritmo biológico habría conseguido de una manera 'natural' (Zelazo, 1993 y C. Collins, 1994).

En cualquier caso, debemos ser conscientes de que, ninguna acción que diseñe un educador puede hacer que un niño utilice los cubiertos antes de que su sistema nervioso esté preparado para hacerlo, pero se pueden diseñar determinadas actividades que favorezcan su maduración, siempre y cuando su contexto individual lo permita.

Es importante saber que existen diversos factores que afectan al desarrollo motor del niño y se clasifican de la siguiente manera:

  • Factores endogenos, que incluyen:

 
Factores genéticos: los seres humanos estamos condicionados por nuestra herencia biológica, quedando determinado nuestro desarrollo por los genes que nos transmiten nuestros progenitores.
Se han realizado estudios que reflejan la relación que existe entre talla de los progenitores y la de sus hijos, al igual que entre la edad de aparición del período en las madres y en las hijas, etc.

Factores sexuales: podemos decir que estamos condicionados por el sexo ya que el crecimiento es más rápido en los varones y la maduración en las mujeres.

Alteraciones psicológicas y médicas importantes: cualquier enfermedad en la gestación o en la infancia puede enlentecer el crecimiento normal y aspectos emocionales negativos pueden detener una secreción hormonal normal.



  • Factores exógenos, de entre los más relevantes, podemos destacar:
Ambientales: El ambiente o entorno en el que nos desenvolvemos condiciona el desarrollo motor de los niños. Esta afirmación es la base de diversas investigaciones que se han llevado a cabo en orfanatos de Irán. Los niños que residían en estos centros, no cursaban con un desarrollo 'normal' para su edad, porque carecían de la pautas de cuidados y atención necesarias: bebían de biberones fijos, lo que significa que no tenían ningún cuidador de referencia que se encargarse de cubrir las necesidades más básicas; no tenían juguetes por lo que no podían experimentar, explorar y conocer el mundo que les rodeaba, y nunca se les colocaba sentados, por lo que presentaron diversos retrasos en su desarrollo motor.

Culturales: lo que es 'normal' en una cultura, en cuanto al desarrollo motor, podría ser considerado como un retraso si lo comparamos con otras. En referencia a este factor podemos mencionar un estudio realizado por Solomons en 1978 sobre como las costumbres, normas y hábitos de una cultura condicionan el desarrollo motor. Su estudio lo realizó con bebés recién nacidos de la península de Yucatán, en México, y los comparó con bebés de Estados Unidos. Sus investigaciones demostraron que, a los tres meses de edad, los primeros estaban más adelantados en cuanto a destrezas motrices, pero que, a los once meses, estos presentaban tales retrasos que podrían considerarse neurológicamente discapacitados; hábitos como envolver a los recién nacidos completamente en telas, restringiendo así sus movimientos, o creencias locales que impedían que los niños jugasen en el suelo por miedo a los 'pisos fríos', propiciaron estos retrasos.

Estilos de vida: hábitos como la alimentación, la higiene, el descanso, el ocio y el tiempo libre también influyen en el desarrollo motor.
Sistema nervioso

La estructura y la función del sistema nervioso permiten al organismo dar respuestas complejas y organizadas a una amplia variedad de estímulos. El sistema nervioso está dividido en tres partes: sistema nervioso central, sistema nervioso periférico y sistema nervioso vegetativo o autónomo.
El sistema nervioso central

El sistema nervioso central (SNC) es una estructura muy compleja que se encarga de realizar todas las funciones cognitivas y emocionales y es el responsable de la motricidad humana. Se encuentra protegido por el cráneo y por la columna vertebral.
El sistema nervioso periférico está formado por todos los nervios que están fuera de la médula espinal y del cerebro.

Estos nervios reciben el nombre de nervios periféricos y se dividen en nervios raquídeos y nervios craneales.Los nervios periféricos salen de la medula espinal y se insertan en todos los órganos y tejidos del organismo, intercambiando impulsos entre los órganos y la medula espinal. 
El sistema nervioso autónomo es un conjunto de fibras nerviosas cuya misión es regular el funcionamiento de los órganos internos del ser humano; es el encargado de dirigir las actividades sobre las que el individuo no tiene control consciente como la digestión, la respiración, etc.
Para ello dispone de dos mecanismos bien diferenciados: el sistema nervioso simpático y el sistema nervioso parasimpático. Ambos intervienen en el organismo mediante acciones contrapuestas en las complejas funciones internas.

LEYES DEL DESARROLLO MOTOR

Tras las observaciones realizadas a miles de bebés, tanto en las limitaciones de control del cuerpo que tienen en los primeros meses, como en los logros que realizan posteriormente, Coghill, en sus trabajos realizados en 1929, defiende que los patrones que rigen el desarrollo motor se ajustan a dos grandes leyes fundamentales:



  • Ley céfalo-caudal: defiende que el control del desarrollo motor progresa en orden descendente, desde la cabeza hacia los pies.

De esta forma, el niño va a dominar su cuerpo: primero, controlando los movimientos de la cabeza y, posteriormente, los de los pies. Esta ley explica el hecho de que el niño sea capaz de mantener erguida la cabeza antes que la espalda, y ésta antes que las piernas.

  • Ley próximo-distal: sostiene que el control del desarrollo motor parte del centro del cuerpo, desde la parte más cercana al eje corporal (línea imaginaria que divide en dos partes iguales al cuerpo humano) y finaliza en los miembros extremos o más alejados del eje corporal.
Por lo tanto, el niño va a dominar su cuerpo comenzando por los brazos, para controlar luego las muñecas, las manos y, finalmente, los dedos.

Otra de las leyes a destacar en función del desarrollo motor es la ley de lo general-específico, la cual señala que en su proceso de desarrollo el bebé pasa de movimientos globales a movimientos localizados. Así, el bebé pasará de tener movimientos generales incontrolados a movimientos específicos controlados. Por ejemplo, un bebé de pocos meses, al ver a una persona conocida agitará todo el cuerpo fuertemente, mientras que un niño de mayor edad sonreirá y realizará un solo gesto para que éste se acerque.

El conocimiento y la comprensión de estas leyes harán más fácil la tarea del educador gracia al entendimiento del progreso motor de los niños. Sin estos conocimientos, no podríamos adecuar las acciones educativas, las actividades y los juegos motores al nivel que busque el estímulo y la potenciación del desarrollo motor.
 
EVOLUCIÓN DEL DESARROLLO MOTOR   

En síntesis, a lo largo de este apartado vamos a aprender la diferencia que existe entre un reflejo y un movimiento propiamente dicho, tanto si éste es voluntario como si ya se ha llegado a automatizar. De este modo, podemos definir la tipología de movimientos existente en los siguientes:

Reflejos: son aquellos movimientos involuntarios que realiza el bebé sin tener que aprenderlos, es decir, son innatos y su ejecución no es consciente. Los reflejos presentes en el recién nacido evolucionan de diferente forma. Así, unos permanecen el resto de la vida, como el estornudo y el parpadeo y nos protegen de estímulos del ambiente. Otros desaparecen al cabo de unos meses, como el de Moro y otros se convertirán en conductas voluntarias como el de succión o el de prensión.


Voluntarios: son aquellos movimientos que realizamos conscientemente para realizar una acción. Son intencionales por tanto antes de ejecutarlos se han de representar mentalmente. Por ejemplo girar la cabeza, agarrar un objeto, etc.

Automáticos: son aquellos movimientos inicialmente intencionales y, por tanto voluntarios, que a base de repetirlos muchas veces se automatizan y no requieren representación mental para ejecutarlos. Por ejemplo escribir, caminar, y montar en bicicleta.

Como puede deducirse, la evolución del desarrollo motor también discurre en este sentido; en primer lugar el bebé ejecuta reflejos para irlos convirtiendo posteriormente en movimientos voluntarios, los cuales, a medida que crece, llegan a convertirse en automatismos que domina a la perfección.

ORIGEN DEL DESARROLLO MOTOR

Antes del nacimiento y ya en la matriz materna comienza la actividad motriz del bebé. Nos movemos en el vientre de nuestra madre, pateamos, damos volteretas e incluso nos chupamos el dedo. Por tanto, no podemos decir que la actividad motora comienza a partir del nacimiento sino que, ya antes de nacer, realizamos movimientos simples en el vientre materno.

Los movimientos que realiza el bebé en el período postnatal, se irán perfeccionando hasta convertirse en actos más complejos.

Cuando el bebé aprende una nueva destreza se convierte en una pesadez para los padres pues ésta puede ser, la de lanzar objetos y que éstos, los recojan.


La repetición de acciones es el modo en el que los bebés aprenden y cuando estas acciones quedan aprendidas y las realizan con perfección, continúan con otros aprendizajes.
Hay que resaltar la importancia que tiene, el 'qué' puede hacer el bebé en las edades establecidas como 'normales' para su edad. Por ello, tendremos en cuenta la etapa del desarrollo motor en la cual se puede encontrar el bebé, los hitos que pueden alcanzar y lo que es capaz de hacer. Sin olvidar, por supuesto, que cada niño tiene un ritmo distinto de desarrollo, por lo que no tenemos que obsesionarnos cuando el ritmo sea mas lento de lo que está establecido como 'normal'.

Con la pretensión de aclarar a qué nos referimos cuando hablamos de 'normalidad' en el ámbito del desarrollo motor del bebé, podemos mencionar una prueba que fue diseñada con la única finalidad de identificar a los niños que no cursan con un desarrollo normal para su edad, y que podemos utilizar como referente para determinar si el progreso es normal entre las edades de 1 mes a 6 años.
Se trata de la llamada prueba Denver de evaluación del desarrollo. Una prueba en la que se evalúan las destrezas motrices (tanto la motricidad gruesa como fina), desarrollo del lenguaje y, desarrollo social y de la personalidad.

Si quieres saber más sobre la prueba de Denver, puedes visitar la pagina que te dejamos a continuación http://www.enfermeria1014.com/page/test+de+denver

DESARROLLO MOTOR EN LOS RECIÉN NACIDOS

Hemos de tener en cuenta que a mayor madurez de los músculos, de los huesos y del sistema nervioso, mayor será la capacidad de movilidad que tendrán los bebés. Aunque en los primeros días de vida sus habilidades motoras están muy limitadas, se trata de una etapa de grandes cambios e irán adquiriendo nuevas habilidades de manera progresiva y vertiginosa. Los reflejos son las habilidades motoras iniciales que se producen como respuestas involuntarias a estímulos concretos. Los bebés poseen un conjunto de reflejos de los cuales algunos permanecerán y serán la base para maduración de su motricidad futura y otros desaparecerán.
Podemos clasificar los distintos reflejos observables en los bebés en los siguientes grupos:


Reflejos necesarios para la supervivencia, entre los cuales distinguimos:




  • Otro tipo de reflejos, no importantes para la supervivencia, pero necesarios para saber que el neonato tiene un curso 'normal' de actividad cerebral y corporal; destacamos:


Pasados los primeros meses de vida, este tipo de respuestas involuntarias no continúa, pero algunos de estos reflejos favorecerán la aparición de los futuros movimientos voluntarios.

EVOLUCIÓN DEL DESARROLLO MOTOR EN NIÑOS DE 0 A 6 AÑOS
Para tener un mayor conocimiento de cómo se produce el desarrollo motor en el bebé después de su nacimiento, es preciso que sepamos identificar los hitos evolutivos más significativos, con la edad a la que se producen.
Durante los primeros doce meses de vida el desarrollo de los niños será tan vertiginoso que los avances posteriores a esta edad parecerán mucho más lentos y, por tanto, los progresos serán menos notables. Con este fin, vamos a pasar a detallar en tres categorías los mencionados avances:

Primer semestre de vida:

  • Desde su nacimiento y hasta el 1º mes de vida, el bebé reacciona con movimientos reflejos, como el reflejo de agarre, y puede observar un objeto, aunque aún no intenta cogerlo.
  • A los 2 meses el bebé mejora su tono muscular, sus acciones son cada vez más voluntarias y sus movimientos son mucho más desenvueltos. Consigue mantener la cabeza erguida durante un período corto de tiempo y puede sostener objetos durante algunos momentos.
  • A los 3 meses comienza a rodar de una manera intencionada. Cuando está tumbado boca abajo, consigue mantener alzados el pecho y la cabeza durante un instante pequeño, y puede levantar un brazo y extenderlo hacia delante para poder mirarse las manos.
  • Con 3 meses y medio puede sostener un objeto de un tamaño moderado con la mano pero aún sigue teniendo problemas para sostener un objeto pequeño.
  • A los 4 meses la mayoría de los bebés pueden mantener la cabeza erguida mientras están sentados con apoyo o se les sostiene alzados. Puede pasar de la posición boca abajo a la de espalda y, estando en posición supina, pueden levantar la cabeza para mirarse las manos con las que se cogen los pies.
  • A los 5 meses, cuando el bebé permanece en posición supina, levanta perfectamente la cabeza y los hombros. Puede sentarse sin problemas y coge los objetos de forma decidida, los toca, los sostiene, los zarandea y los 'prueba'; puede coger con una o ambas manos todo lo que le interesa, y consigue pasarse los objetos de una mano a otra.
  • A los 6 meses comienza a desplazarse de manera primitiva (por ejemplo, arrastrando la barriga por el suelo) y sin ayuda del adulto. Ya puede girar la cabeza con facilidad y coger los objetos que cuelgan delante de él.

Segundo semestre de vida:

  • A los 7 meses, el bebé inicia el conocimiento de sí mismo, mediante la exploración de su propio cuerpo con las manos. Los músculos de sus piernas comienzan a adquirir la fuerza necesaria para sostener su peso y, ya durante algunos momentos, puede mantenerse sentado por sí solo y sin necesidad de sujeción. Avanza arrastrándose y llevando un objeto en la mano, y consigue sostener a un mismo tiempo un objeto distinto en cada mano.
  • A los 8 meses permanece perfectamente sentado por sí solo y sin ayuda, durante algunos minutos. Sentado en el suelo, avanza arrastrando el culito e intenta ponerse en pie y camina a gatas, hacia delante o hacia atrás (esto, recibe el nombre de locomoción, que son los desplazamientos y movimientos que se dan antes de andar). Se mece estando de rodillas y consigue coger los objetos más pequeños sosteniéndolos entre el pulgar y el índice. Señala con el dedo las cosas que le interesan y, saluda y hace palmas.
  • A los 9 meses puede avanzar a gatas, sosteniéndose con una sola mano mientras tiene la otra ocupada. Si tiene las dos manos ocupadas, deja caer un objeto para coger otro, y consigue recuperar un objeto oculto.
  • A los 10 meses adopta con facilidad la posición erguida y puede permanecer de pie, si tiene donde apoyarse. Puede dar algunos pasos si le sostiene un adulto y consigue sostener dos objetos con una sola mano. En cuanto a su autonomía, cuando lo vestimos colabora introduciendo sus brazos en las mangas.
  • A los 11 meses intenta mantenerse de pie por sí solo y, para ello, emplea las sillas como apoyo. Se encarama a éstas e intenta bajar de ellas haciendo marcha atrás. Es capaz de hojear las páginas de un libro y ensarta anillas en un bastón. Utiliza cajas o distintos contenedores para introducir o sacar objetos de los mismos. En cuanto a su autonomía, ya puede llevarse la cuchara a la boca y consigue quitarse los zapatos.
  • A los 12 meses la capacidad de agarre, que ya mencionábamos al inicio del primer mes, irá aumentando paulatinamente y a esta edad el bebé tendrá adquirida dicha destreza con una gran coordinación, tanto como para tener la capacidad de agarrar algo muy pequeño con un movimiento de pinza. Intenta sostenerse de pie sin ninguna sujeción, da alcance a un objeto mirando hacia otra parte y, puede desmontar y montar objetos.

 


Hasta los seis años de edad:

Todos los progresos, en cuanto al desarrollo motor en la infancia, tienen como finalidad última caminar. Los indicadores que nos darán información de la pronta iniciación a la marcha serán, entre otros, caminar agarrándose de los muebles, tambalearse de la silla al sofá, etc. 


Posteriormente, y una vez que sean capaces de permanecer parados unos instantes por sí solos, comenzarán a andar en unos días sin ayuda del adulto. Hasta que adquieran la habilidad de caminar tendrán posibles caídas y seguirán intentándolo hasta que la hayan adquirido.


  • Por lo general, el bebé alcanza la etapa de los primeros pasos y camina bien, cerca del año de edad
  • A los 2 años de edad comienza a subir escalones y un poco más tarde aprenderá a bajarlos. También, correrán y saltarán.
  • A los 3 años de edad pueden mantener el equilibrio sobre un pie, aunque un período corto de tiempo, pronto comenzará a saltar sobre un pie. 

  • De los 3 a los 6 años de edad, los niños consiguen grandes progresos en cuanto a su desarrollo motor, lo que conlleva un avance tanto en su motricidad fina como gruesa.




Cuando hablamos de motricidad gruesa nos referimos a que, ya posee las condiciones físicas para correr y saltar; y al referirnos a la motricidad fina, queremos decir que posee la capacidad de adquirir la habilidad para abrocharse la camisa y dibujar figuras.


DESARROLLO NEUROMOTOR
Control tónico
Los órganos que efectúan nuestros movimientos son los músculos. Ellos realizan la actividad muscular cuando la energía nerviosa generada en el cerebro se transforma en energía mecánica.

La actividad muscular puede ser estática o tónica y dinámica o cinética. La actividad muscular estática está relacionada con la tonicidad de los músculos y profundamente ligada a la actividad muscular cinética; la base de ambas es el tono. 

El tono 
Es el grado de tensión de los músculos que permite organizar gestos, controlar los movimientos, modificar posturas y mantener una actitud equilibrada. Para realizar cualquier movimiento se requiere un buen control tónico. El tono variará de un músculo a otro y de una actividad a otra.




El tono está sujeto también a movimientos involuntarios por parte del sistema nervioso, pero también al control voluntario del niño; con una acción voluntaria puede contraer y relajar los músculos a su antojo.

El tono en los músculos se va desarrollando a medida que el niño crece y es de suma importancia para el desarrollo motor ya que, gracias a él, el niño o la niña va adquiriendo el control de su cuerpo paulatinamente. 

Un mal funcionamiento de los centros reguladores del tono produce anomalías en él, en las posturas, en el equilibrio y en el movimiento, por lo que aparece:




          - Atonía
          - Hipertonía
          - Hipotonía
          - Otras patologías










DESARROLLO DE LA POSTURA CORPORAL

Durante los 10 primeros meses

Es cuando el bebé se encuentra boca abajo y es capaz de levantar la cabeza levemente. Si intentamos sentarle, el niño o la niña inclinará la cabeza hacia delante de forma que la espalda quede algo redondeada; la cabeza cuelga porque aún no puede sostenerla. Sin embargo, el movimiento de las extremidades aparece de forma incontrolada por su mayor tonicidad.

Alrededor del 4º mes

Ya levanta la cabeza, cuando está boca abajo, apoyándose en los antebrazos. Si intentamos sentar al niño, comprobamos que es capaz de controlar su cabeza aunque todavía su control es muy débil. En esta fase el tono comienza a hacerse más fuerte en el tronco y la cabeza.

En el 7º mes

Es cuando el niño está tumbado, puede levantarse y mantener la cabeza erguida, apoyándose en sus codos y sus manos. Asimismo es capaz de mantener su cuerpo recto cuando le sentamos. En este periodo es cuando comienza a arrastrar su cuerpo para desplazarse.

Entre el 9º y 10º mes

El niño o la niña puede ponerse de pie con la ayuda de un adulto o apoyándose en algún mueble. Además, el desplazamiento se perfecciona y es aquí cuando comienza a gatear de una manera más adecuada.
En torno a los 11 y 12 meses

Ya comienza a dar sus primeros pasos, en un principio de una manera muy torpe y ayudado por un adulto. Más tarde, el niño será capaz de andar sin ayuda y cada vez irá adquiriendo mayor destreza al caminar.



LA PRENSIÓN

Se trata de la capacidad para agarrar objetos con las manos. Poseemos esta destreza desde que la evolución de la especie hizo que el dedo pulgar se situara de forma que pudiéramos crear una especie de pinza que facilite el agarre.
 
Hay que tener en cuenta que las posibilidades para manipular objetos de las más diversas formas y tamaños resultan inmensas gracias a la situación de nuestro dedo pulgar. No se podría imaginar cómo hubiera sido nuestra evolución científica si no hubiéramos tenido la capacidad de agarrar, fabricar objetos, repararlos, transportarlos, etc.

En la etapa adulta la prensión es un movimiento voluntario, sin embargo, no nacemos con dicha capacidad. El bebé, al nacer, posee el reflejo de prensión, es decir, cuando se le acerca algo a la mano o incluso a la planta del pie lo agarra con fuerza y se aferra a ello.

Con el paso de los meses, esta conducta refleja evoluciona de manera que se convierte en un movimiento voluntario que permite al niño de 6 o 7 meses coger objetos, manipularlos, soltarlos, etc.
Al comienzo, los objetos que puede coger son relativamente grandes y, luego, progresivamente, comienza a dominar elementos cada vez más pequeños en torno a los 11 meses, empleando sólo los dedos pulgar e índice a modo de una pequeña pinza.

Esto confirma nuevamente la ley próximo-distal del desarrollo humano: el niño primero controla las muñecas y manos y, sólo posteriormente, los dedos.

LA MOTRICIDAD FINA Y GRUESA

En estrecha conexión con las leyes del desarrollo humano, especialmente con la ley próximo-distal y con la ley céfalo-caudal, se hallan los conceptos de motricidad fina y motricidad gruesa.

Aunque ya hemos citado anteriormente en qué consiste, ahora profundizaremos diciendo que la motricidad gruesa está relacionada con el movimiento controlado de los grandes grupos musculares y con el equilibrio; y la motricidad fina, hace referencia a movimientos voluntarios mucho más precisos, que implican pequeños grupos de músculos y que requieren una mayor coordinación.

Durante los primeros meses, el bebé no posee un control de sus propios movimientos, pues al principio los movimientos de los bebés son reflejos y, un poco más adelante son involuntarios, y por último se convierten en movimientos voluntarios. Los primeros movimientos voluntarios en el niño están relacionados con la motricidad gruesa, es decir, con movimientos globales en los que intervienen brazos y piernas.




De manera progresiva, comienza a desarrollarse la motricidad fina, cuando el niño o la niña es capaz de coger y manipular objetos muy pequeños a través del movimiento de sus manos y dedos.

Por esta razón sería imposible enseñar a escribir a un bebé: su desarrollo motor no está completo hasta que no controla la motricidad fina.





ALTERACIONES MOTRICES

¿Qué entendemos por alteración motriz?

Es la deficiencia que provoca en el individuo que la padece alguna disfunción en el aparato locomotor. Como consecuencia se pueden producir limitaciones posturales, de desplazamiento o de coordinación del movimiento.

Los principales problemas que puede generar la discapacidad motriz son varios, entre ellos podemos mencionar: movimientos incontrolados, dificultades de coordinación, alcance limitado, fuerza reducida, habla no inteligible, dificultad con la motricidad fina y gruesa, mala accesibilidad al medio físico.

  • Causas prenatales: Aquellas que se adquieren antes del nacimiento, durante el embarazo. Existen varias causas, algunas de ellas se deben a enfermedades infecciosas o metabólicas que puede tener la madre durante el embarazo, por incompatibilidad de los componentes sanguíneos de los padres, etc.
  • Causas perinatales: Aquellas que aparecen en el mismo momento de nacer. Hay varias como en el caso anterior y alguno de estos ejemplos pueden ser la falta de oxígeno prolongada o la obstrucción de las vías respiratorias, daños en el cerebro en el momento del parto (daño con el fórceps, por ejemplo), la prematuriedad del bebé, etc.
  • Causas postnatales: Aquellas que aparecen una vez que el bebé ya ha nacido. Estas pueden ser de índole diferente, como por ejemplo, que el niño se contagie de enfermedades como la meningitis, que sufra alguna hemorragia cerebral, trombos, etc. 
Para intentar evitar este tipo de enfermedades se recomienda extremar los cuidados higiénicos y ambientales durante el embarazo, el parto y durante las primeras etapas evolutivas del niño. De ahí que la higiene adquiera un plano muy importante dentro de los cuidados del bebé.
 
La variedad de afecciones que pueden alterar la motricidad es muy extensa, por lo que sólo haremos una breve descripción de algunas, junto con las consecuencias relevantes para el aprendizaje y la educación. De este modo, veremos aquellas enfermedades que tienen incidencia durante la edad escolar y que, al mismo tiempo, requieren mayores adaptaciones por parte de la escuela.


PRINCIPALES TRASTORNOS MOTRICES


















 








 
BIBLIOGRAFIAS:







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