domingo, 27 de abril de 2014

SIDS


SÍNDROME DE LA MUERTE SÚBITA
 
¿Qué es el síndrome de la muerte súbita o SIDS?

 

Síndrome de muerte súbita del bebé (SIDS por sus siglas en inglés) no es una enfermedad ni una dolencia. También se conoce en otros países como Síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL). Es el diagnóstico utilizado cuando un niño menor de un año muere repentinamente y no se puede determinar una causa exacta de su muerte, aun después de realizar una investigación médica y legal exhaustiva, incluyendo una autopsia.

Este síndrome puede ser particularmente devastador para las familias debido a que ocurre inesperadamente.

El síndrome de muerte súbita es la causa principal de muerte de bebés de entre 1 mes y 1 año de edad en los EE.UU. Aproximadamente 2.300 bebés mueren por SIDS en los EE.UU. cada año. Este síndrome afecta con más frecuencia a bebés que tienen entre 1 y 4 meses de edad, y en el 90 por ciento de los casos a bebés de menos de 6 meses.

También se conoce al SIDS como "muerte en la cuna" porque sucede con mayor frecuencia mientras los bebés duermen, generalmente entre las 10 de la noche y las 10 de la mañana. Sin embargo, el SIDS no sólo sucede durante la noche. De acuerdo con un estudio publicado en el 2000, en la revista Pediatrics, el 20 por ciento de las muertes por SIDS suceden en guarderías.

Es un número sorprendentemente alto, teniendo en cuenta que los bebés pasan mucho menos tiempo durmiendo en las guarderías que durmiendo en sus casas. Por lo tanto, es crucial asegurarse de que en las guarderías coloquen a los bebés boca arriba durante las siestas y que respeten las pautas para dormir seguros (ver "Cómo puedo reducir el riesgo del SIDS para mi bebé", abajo).

¿Cuál es la causa de la muerte súbita?


Los investigadores han aprendido mucho sobre el SIDS en las últimas tres décadas, pero todavía no tienen una respuesta definitiva a esa pregunta. La mayoría de los expertos creen que la muerte súbita sucede cuando un bebé tiene una vulnerabilidad subyacente (por ejemplo, un funcionamiento anormal o inmaduro del corazón o de su aparato respiratorio) y, está expuesto a ciertos factores de riesgo (como dormir boca abajo o con ropa de cama blanda o acolchada) durante un periodo crucial de su desarrollo.

Los expertos continúan estudiando el cerebro, el sistema nervioso autónomo, los ambientes en los que los bebés duermen, y donde se los cuida, las infecciones e inmunidad y la genética, en busca de respuestas.


¿Qué bebés presentan un mayor riesgo?



Aunque nadie sabe con certeza cuál es la causa de la muerte súbita, se han identificado algunos factores de riesgo. Éstos incluyen:

Bebé nació prematuro o con un muy bajo peso
Cuanto más prematuramente nazca el bebé, mayor será el riesgo de que sufra el síndrome de muerte súbita. De la misma manera, cuanto más bajo sea su peso al nacer, más alto será el riesgo.

Nacer de una madre que tiene menos de 20 años
El riesgo de SIDS también aumenta para los bebés de madres adolescentes.
Tener muchos hermanos, particularmente si se llevan poca edad
El riesgo de SIDS aumenta con cada bebé que tienes. Además, mientras más corto sea el intervalo entre tus embarazos, mayor será el riesgo de que tu bebé padezca SIDS.  

Sufrir un episodio que aparentemente puso en riesgo su vida
Los bebés que han pasado por una circunstancia que puso en peligro sus vidas (el bebé dejó de respirar, se puso pálido, azul y fláccido y necesitó resucitación) corren más riesgo de padecer SIDS. 

Ciertos grupos étnicos
El índice de SIDS es más alto entre los bebés afroamericanos y los bebés nativos americanos. El índice más bajo corresponde a los bebés de origen hispano y asiático. Los bebés afroamericanos, nativos americanos y nativos de Alaska, tienen más del doble de probabilidades de fallecimiento por SIDS que los bebés blancos.

Algunos investigadores plantean la hipótesis de que la preferencia cultural de acostar a los bebés para que duerman boca abajo pone a ciertos grupos en una categoría mayor de riesgo. 

Sexo
Los varones de todos los grupos étnicos tienen un riesgo levemente mayor que las niñas, en una proporción de 1,5 a 1. 

¿Cómo puedo reducir el riesgo  
de muerte súbita para mi bebé?

No existe una manera garantizada de prevenir el síndrome de muerte súbita, pero puedes disminuir enormemente el riesgo de tu bebé, si sigues las recomendaciones de la AAP, que se indican a continuación. De hecho, si sigues estas recomendaciones disminuirás el riesgo de cualquier tipo de muerte relacionada con el sueño de tu hijo como estrangulación o asfixia, por ejemplo:


Acuesta a tu bebé boca arriba para dormir
Ésta es la medida más importante que puedes tomar para ayudar a proteger a tu bebé. Asegúrate de que los demás — familiares, niñeras y encargadas de la guardería, por ejemplo — sepan que no tienen que acostar a tu bebé boca abajo para dormir durante su primer año de vida.

Varios estudios han encontrado que el riesgo de SIDS en un bebé es 1.7 a 12.9 más alto si duerme boca abajo en lugar que boca arriba. Cuando un bebé duerme boca abajo tiene más probabilidades de recalentarse, de tener pausas en la respiración, y de volver a respirar el aire que recién ha exhalado, que carece de oxígeno.

También es muy importante que no pongas a tu bebé a dormir de costado en lugar de boca arriba, porque puede acomodarse después fácilmente boca abajo.

Naturalmente, cuando tu bebé tenga 5 ó 6 meses de edad ya podrá girar en ambas direcciones, y será un reto mantenerlo boca arriba por la noche. Sin embargo, a esa edad el riesgo del SIDS comenzará a disminuir; por lo tanto, a partir de esa edad, acuéstalo boca arriba, y luego no te preocupes si se da la vuelta. Solamente asegúrate que no haya cosas blandas (como edredones o muñecos de peluche) en su cuna que pudieran incrementar el riesgo de SIDS o asfixia.

Ten en cuenta que acostar a tu bebé boca arriba todo el tiempo puede hacer que se desarrolle una parte plana en la parte de atrás o en el costado de su cabeza, llamada plagiocefalia o síndrome de la cabeza plana. Puedes prevenirlo asegurándote de que pase una buena cantidad de tiempo boca abajo, echado sobre su pancita, cuando esté despierto, para ayudarlo a desarrollar los músculos de su cuello apropiadamente y darle un descanso a la parte de atrás y los lados de su cabecita.

Elige cuidadosamente el colchón y la ropa de cama
Acuesta a tu bebé en un colchón firme y plano sin almohadas, juguetes ni otra cosa salvo una sábana ajustable sobre el colchón (está bien si colocas un protector delgado para el colchón debajo de la sábana).
Diversos estudios vinculan los materiales y las superficies blandas para dormir con un alto riesgo de SIDS. Entre éstos se incluyen cobertores, edredones, sofás, camas de agua o esos asientos suaves rellenos de bolitas que adoptan la forma del que se sienta. Ten en cuenta que el dormir con tu bebé en un sofá o sillón individual aumenta el riesgo de SIDS y sofocación. Incluso la mayoría de los colchones regulares para adultos no son seguros porque suelen estar cubiertos con ropa de cama acolchada.

Algunos grupos para la prevención del SIDS sugieren que no cubras a tu bebé con ningún tipo de cobija. Si crees que tu bebé tiene frío, vístelo con ropa más calentita, como pijamas de una pieza que cubren los pies, o ponle un mameluco (pelele) de algodón de una pieza con una mantita especial encima que sirve para vestir al bebé por la noche; esta mantita es una prenda que parece un suetercito sin mangas, pero tiene forma de bolsa cerrada por abajo, de modo que el bebé queda calentito dentro de ella, pero no hay posibilidad de que le tape la cara o la cabeza.

Los protectores acolchados que bordean la cuna por sus cuatro lados (bumpers en inglés) no son necesarios. La AAP y los grupos de prevención del SIDS recomiendan que no se usen. No hay evidencia de que esos protectores eviten que los bebés se lastimen. Éstos pueden causar asfixia, estrangulación o bien, que el bebé quede atrapado. Además sin los protectores acolchados el aire circula con más facilidad alrededor de tu bebé y lo puedes ver mejor.

Evita usar productos que prometen reducir el riesgo de muerte súbita, como los colchones especiales o los productos diseñados para que el bebé duerma en determinada posición. No se ha comprobado la efectividad de dichos productos o incluso que sean seguros.

Y por último, no dejes que tu bebé duerma por largos periodos de tiempo en su asiento infantil para el auto, columpio, sillita vibradora, portabebés o rebozo.

Esto es particularmente importante para bebés menores de 4 meses porque se pueden asfixiar si su cabeza se inclina demasiado hacia delante. Si tu bebé se duerme en algunos de esos artículos, pásalo a su cuna o corralito en cuanto lo creas conveniente.

Cuando cargues a tu niño en un portabebés o rebozo, asegúrate de que su cabeza y nariz no estén cubiertas o presionadas contra tu cuerpo o el material con el que está fabricado el producto.

Evita calentar demasiado a tu bebé

Para evitar que tu bebé se caliente demasiado mientras duerme, no lo abrigues mucho. Revisa cuántas capas de ropa estás usando tú para estar cómoda en determinado ambiente y evita ponerle al bebé más de una capa de ropa de las que tú llevas puestas.
Las señales de que tu bebé puede estar demasiado caliente incluyen transpiración y cabello húmedo. No cubras la cara o cabeza de tu bebé con gorritos (a no ser que tu bebé sea prematuro, no necesitará el gorrito que le den en el hospital después de un par de días de nacido).

Dormir en la misma habitación que tu bebé
La Asociación Estadounidense de Pediatría no recomienda compartir la cama con tu bebé porque eso se vincula con un mayor riesgo de SIDS, incluso si las mamás amamantan o no fuman. Sin embargo, la AAP sí aconseja que mantengas a tu bebé en tu propio cuarto.

Varios estudios han mostrado que cuando un bebé está en su propia cuna, en la habitación de sus padres, el riesgo de muerte súbita es menor. Por lo tanto, una alternativa en lugar de llevar a tu bebé a la cama contigo es acostarlo en una cuna, un corralito o en un moisés en tu habitación, cerca de tu cama.
Recibe atención prenatal con regularidad
Una atención prenatal adecuada es fundamental para asegurar la salud de tu bebé y reducir el riesgo de un nacimiento prematuro o con bajo peso (que son factores de riesgo de SIDS). Asegúrate de acudir a todas tus citas prenatales.

No fumes cigarrillos ni consumas alcohol y drogas ilegales durante el embarazo
Casi todos los estudios realizados sobre este tema, aseguran que el fumar durante el embarazo es un factor de riesgo de SIDS. El consumir alcohol y drogas ilegales durante el embarazo son también factores de riesgo. Recuerda que esas actividades además pueden impactar de manera negativa el desarrollo de tu bebé.

No permitas que fumen alrededor de tu bebé
Mantén el aire que rodea a tu bebé — en casa, en el auto, y en otros lugares — libre de humo. Si no puedes dejar de fumar, hazlo fuera de tu casa y asegúrate de que los demás hagan lo mismo. Si necesitas ayuda para dejar de fumar habla con tu doctor para que te aconseje.

Los estudios muestran que el riesgo de que un bebé sufra el síndrome de muerte súbita aumenta con cada fumador adicional de la casa, con la cantidad de cigarrillos fumados por día, y con la cantidad de tiempo de exposición al humo del cigarrillo.

Los investigadores están empezando a ver el posible daño del “humo de tercera mano”, es decir, las sustancias químicas que quedan en la ropa, muebles, alfombras y tapicería de autos cuando alguien ha estado fumando cerca.

Amamanta si puedes
Amamanta por lo menos 6 meses si es posible. Pero incluso el amamantar sólo por un corto periodo de tiempo, es mejor que nada. Un estudio realizado en Alemania a gran escala y publicado en 2009, concluyó que tanto amamantar de forma parcial, como de forma exclusiva, estaban asociados a una reducción en el SIDS. De hecho, los investigadores determinaron que dar el pecho de forma exclusiva hasta que el bebé cumple un mes de edad, reducía el riesgo de SIDS a la mitad.

Ofrécele a tu bebé el chupón (chupete) cuando lo acuestes a dormir

La investigación ha demostrado que los chupones pueden reducir el riesgo de SIDS, aunque no está muy claro cuál es la relación de causa y efecto. Debido a esta correlación, la AAP aconseja que le des a tu bebé un chupón cuando lo acuestes para una siesta o por las noches durante su primer año de vida.

No es necesario que le pongas de nuevo el chupón si se le cae durante la noche y, por supuesto, no es necesario que fuerces a tu bebé a usar uno si no le gusta. La AAP además recomienda que si piensas ofrecerle un chupón a tu bebé, te asegures de hacerlo una vez la lactancia ya esté bien establecida, lo que ocurre regularmente alrededor de las tres o cuatro semanas después del nacimiento. 

¿Es recomendable usar un monitor cardiorespiratorio?

Es posible que el médico te recete un monitor médico cardiorespiratorio si tu bebé ha tenido un problema respiratorio que puso en peligro su vida. Si el médico ha recetado este tipo de monitor para tu bebé, debes usarlo tal y como te lo indicó.

También podrás ver en las tiendas con productos para bebé otro tipo de monitor. Este tipo de sistema detecta los movimientos del bebé y te alerta si deja de moverse (y de respirar) durante un cierto periodo de tiempo. Si optas por comprar uno, todavía debes seguir los consejos de reducción del riesgo de SIDS mencionados arriba para proteger a tu bebé


RECUERDA:


miércoles, 23 de abril de 2014

Fases sueño

Fases del sueño del bebe

Al dormir, todos atravesamos diferentes fases de sueño, pero las fases de sueño de un bebé no son las mismas que las de un adulto.
Un adulto pasa por 5 fases de sueño, 4 subfases de sueño No REM (movimiento ocular no rápido) divididas en sueño ligero y sueño profundo, y una fase REM (movimiento ocular rápido), un tipo de sueño muy ligero.
En cambio, el patrón de sueño del bebé es muy diferente al de un adulto. Un bebé recién nacido sólo tiene dos de las cinco fases. Ellas son: sueño profundo y fase REM.
El por qué es muy simple. Un recién nacido necesita despertarse varias veces para alimentarse. Si tuviera cinco fases necesitaría mucho más tiempo para dormir y no podría alimentarse tantas veces como tiene que hacerlo. Pasan más tiempo en sueño REM, menos profundo y más receptivo a los cambios del entorno. Luego entra en una fase de sueño profundo (no REM) del que pueden salir fácilmente despertándose. Y así toda la noche alternan ambas fases.
Tal vez ahí esté la clave de muchos malentendidos. Es absolutamente natural y normal que un bebé se despierte por la noche. Lo hace para que “alguien”, por lo general su madre, satisfaga su necesidad de comer. Por eso los bebés se despiertan llorando. Es su forma de llamar a mamá para que le de de comer o simplemente para que lo cobije en sus brazos, que al igual que comer, es una necesidad básica del recién nacido.
Comprender esto es básico para entender por qué no es sano intentar modificar el patrón de sueño de los niños. Porque va en contra de su propia naturaleza. También se entiende por qué quienes defienden el colecho (dormir con el bebé) sostienen que es más natural que cualquier otra forma de hacer dormir al bebé.

Porque en cuanto se despierta con hambre tiene cerca a su madre para alimentarse (hay veces que el bebé mama y ni él ni la madre se enteran) y porque además se despierta menos por la noche, pues al tenerla cerca no siente la necesidad de llorar para buscar su calor. Habréis notado que a veces el bebé se despierta llorando, mama cinco segundos y se queda dormido. No buscaba alimento, sino el contacto con su madre.
Volviendo a las fases de sueño...
El sueño profundo se pueden dividir en cuatro etapas sucesivas. Se pasa del sueño muy ligero al ligero, luego al profundo y finalmente al muy profundo. La respiración y los latidos del corazón son más tranquilos y regulares tras cada etapa, apenas se mueve el cuerpo y a veces se ronca. En esta fase muy profunda cuerpo y mente están muy relajados y en esta fase es muy difícil levantarse sin reloj despertador u otras influencias externas. La fase de sueño profundo se va alternando, durante la noche, con el sueño ligero.

La fase de sueño REM o liviano, en la cual se producen los sueños, se caracteriza por movimientos oculares laterales bruscos, rápidos, con los párpados cerrados, también se llama fase de sueño activo. Si realizamos un electroencefalograma en esta etapa, el funcionamiento de las células nerviosas es similar a cuando el niño está despierto, el sistema cardiovascular responde a las vicisitudes del sueño y puede aumentar la circulación cerebral hasta cuatro veces. Durante esta etapa puede haber quejidos, vocalizaciones, y el despertar es más fácil puesto que el celebro está activo, sueña y puede que mueva incluso los músculos faciales. La respiración y los latidos del corazón son más irregulares que en el sueño profundo.

Es alrededor de los seis meses cuando el bebé adquiere el resto de las fases. Pero como todo, lleva su tiempo aprender a “usarlas”. Comienza un período de adaptación en el cual el niño va practicando cómo dormir, por decirlo de alguna manera. Habrá noches que se despierte muchas veces, otras menos y tal vez alguna, alrededor del medio año, las menos, duerma de un tirón.
Alrededor del año, el niño comienza a tener microdespertares, es decir pequeños lapsos de despertar que son una respuesta innata del ser humano a estar en constante alerta. Si a los microdespertares le sumamos los miedos nocturnos, las pesadillas y demás hitos nocturnos que suceden en la infancia, son alrededor de tres o cuatro años en los cuales los constantes despertares por la noche son absolutamente normales.


http://spanish.news.cn/photo/2010-02/22/c_13183384.htm

lunes, 14 de abril de 2014

Sueño y vigilia


 

HORAS DE SUEÑO (0 a 6 años)

EDAD
Diurno
Nocturno
RECIÉN NACIDO
Duerme 16 horas diarias en 4 ciclos de 4 horas con periodos de vigilia intercalados. No distingue el día de la noche
1-6 MESES
El número de despertares nocturnos va disminuyendo y comienza a dormir de forma continua durante la noche
6-12 MESES
De 2 a 4 horas de siesta
Entre 10 y 12 horas
1-2 AÑOS
Reduce el número de siestas de 1 a 2 horas
Normalmente duerme toda la noche
2-3 AÑOS
Siesta habitual
Duerme unas 10 horas
3-6 AÑOS
Alguna siesta breve por la tarde
Puede dormir toda la noche

sábado, 12 de abril de 2014

Higiene



A partir de los dos años los niños comienzan a conocer los hábitos de higiene así como los objetos que tienen relación con esos hábitos.

Para ayudarles en este aprendizaje hemos propuesto una serie de actividades: 

ACTIVIDAD 1


http://nea.educastur.princast.es/repositorio/RECURSO_ZIP/2_1_ibcmass_u17/index.html

Primero, los alumnos verán el cuento de Pelayo sobre la higiene personal, a través del cual se pretende que relacionen lo visto con sus propios hábitos y aprendan a realizarlos por sí mismos. 

A continuación hemos propuesto que los niños utilicen recortables de diferentes objetos de aseo como el cepillo de dientes, el jabón, la esponja… que luego tendrán que colorear y recortar.





Luego, los niños presentarán los recortables sobre los distintos objetos a toda la clase, y además, tendrán que explicarlos, decir para qué sirven y en qué momentos se deben utilizar.




Se organizarán en pequeños grupos y los expondrán de diferentes maneras, por ejemplo, un grupo hará una simulación del momento de lavarse las manos; otro grupo describirá los recortables y para qué se usan; otros podrán llevar a clase algunos de los objetos que han trabajado con los recortables para exponerlos y hablar sobre ellos: para qué se emplean, en que momentos del día…etcétera.




ACTIVIDAD 2

Primero, los alumnos verán el cuento sobre las necesidades del cuerpo, donde aprenderán lo que necesita su cuerpo para estar bien. El cuento es sobre la historia de Pelayo. Después de ver la historia deberán reconocer y colorear las acciones que nos hacen bien a nosotros y a nuestro cuerpo.


 



ACTIVIDAD 3 

Los alumnos escucharán el cuento  sobre: “Mis tareas durante el día”, de Pelayo.



Después de escuchar la historia los alumnos tendrán que realizar una ficha en casa de las cosas que han hecho y comido en el colegio. Para ello tendrán que recortar y pegar los recortables y colocarlos cada día de la semana, así los padres podrán saber las comidas y ejercicios realizados cada día por sus hijos.



 DESAYUNO


 

COMIDAS
 

                               EJERCICIO